Los Fosiles
LOS FOSILES
Los fósiles son vestigios en sustrato pétreo de antiguas criaturas vivientes de diferentes tipos (tanto vegetales como animales), y que pueden encontrarse en los estratos geológicos de la superficie terrestre.
Los fósiles más reconocibles por el público son los restos petrificados de esqueletos o caparazones de criaturas, sin embargo los restos fósiles no se limitan a las partes duras petrificadas de dichas criaturas; se consideran también como fósiles: los restos sin alterar, las impresiones, vestigios o moldes que dejan en diferentes sustratos geológicos, las diferentes partes anatómicas de organismos que no son de la época geológica actual.
Existen regiones de la Tierra que son conocidas por su particular riqueza en fósiles, por ejemplo, el Burgess Shale en la Columbia Británica de Canadá. Y la Patagonia andina argentina.
Cómo se forman los fósiles
Hay muchas clases de fósiles. Los más comunes son restos de caracoles o huesos transformados en piedra. Muchos de ellos muestran todos los detalles originales del caracol o del hueso, aun si se examinan al microscopio. Los poros y otros espacios pequeños en su estructura se llenan de minerales. Los minerales son compuestos químicos, como la calcita (carbonato de calcio), que estaban disueltos en el agua. El paso por la arena o el lodo que contenían los caracoles o los huesos y los minerales se depositaron en los espacios de su estructura. Por eso los fósiles son tan pesados. Otros fósiles pueden haber perdido todas las marcas de su estructura original. Por ejemplo, un caracol originalmente de calcita puede disolverse totalmente después de quedar enterrado. La impresión que queda en la roca puede llenarse con otro material y formar una réplica exacta del caracol. En otros casos, el caracol se disuelve y tan sólo queda el hueco en la piedra, una especie de molde que los paleontólogos pueden llenar con yeso para descubrir cómo se veía el animal. Los fósiles por lo general sólo muestran las partes duras del animal o planta: el tronco de un árbol, el caparazón de un caracol, los huesos de un dinosaurio o pez. Algunos fósiles son más completos. Si una planta o animal queda enterrado en un tipo de especial de lodo que no contenga oxígeno, algunas de las partes blandas también se conservarán como fósiles.
Los más espectaculares de estos "fósiles perfectos" son mamuts lanudos completos que se hallaron el en suelo congelado. La carne estaba tan congelada, que aún se podía comer después de 20.010 años.
Los procesos de fosilización
Una secuencia bastante sencilla de prever conduce a la formación de un fósil de dinosaurio, o de cualquier otro tipo. A cada paso de este proceso se van perdiendo tanto ejemplares como información. En otras palabras, no se encontrarán fosilizados todos los dinosaurios que han existido, porque se pierden muchos especimenes en cada etapa comprendida entre los dinosaurios vivos y el descubrimiento de sus fósiles. Además, se pierde información sobre la anatomía del dinosaurio, paso a paso, desde la muerte del animal hasta que se logra descubrirlo y reconstruirlo para mostrarlo en un museo. En realidad, existen muy pocas probabilidades de que un determinado dinosaurio se fosilice y de que lo que se conserva nos enseñe todos los detalles de su anatomía. Sin embargo, se han reunido miles de fósiles de dinosaurios con el correr de los años. Esto demuestra que recorrieron la superficie de la Tierra miles de millones de dinosaurios. Incluso si sólo apareciera en forma de esqueletos fosilizados de dinosaurios el 0,001 por ciento de ellos, nos queda la esperanza de poder encontrar muchos más.
Analicemos algunos de los acontecimientos que hayan podido ocurrir tras la muerte de un dinosaurio. Tal vez su cuerpo quedó sobre la tierra seca, donde los carroñeros, otros dinosaurios, mamíferos, lagartos, arrancaron la carne de los huesos. A continuación, otros organismos más pequeños eliminarían todo vestigio de tejido blando, e incluso es posible que algunas bacterias comenzaran a destruir los huesos. En la mayoría de los casos, el esqueleto acabaría por reducirse a la nada, bajo el ataque combinado de los carroñeros, los desintegradores y los elementos.
En algunos casos, es posible que el esqueleto acabase en un estanque o en un río. Entonces pudiera ser que los carroñeros fuesen los peces y los cocodrilos, pero el desgarramiento se produciría con la misma eficiencia que sobre la superficie. No obstante, los huesos tienen más probabilidades de quedar sepultados por el barro y la arena en el fondo del estanque, o en un recodo del río, donde se realiza la sedimentación. Esto evitaría la descomposición total, e incluso mantendría algunos huesos unidos.
Un río tendería a transportar el cuerpo una cierta distancia, según su tamaño y la fuerza de la corriente. Se conocen casos, como en el Tendaguru de Tanzania, donde se encontraron enormes dinosaurios saurópodos sin la cabeza y sin patas. Parece que, al quedar desprovisto de carne, el cráneo se estuvo balanceando en el extremo de los largos huesos cervicales hasta que lo atrapó una corriente modesta, que lo separó y lo arrastró. La falta de patas se puede deber a que el animal muriera de pie, y que el peso corporal hundiera las patas de los sedimentos del fondo, donde quedaron sujetas incluso después de que la carne se hubiera descompuesto; mientras tanto, las corrientes hacían rodar el resto del esqueleto.
Los fondos de algunos lagos son anóxicos, carecen de oxígeno, y no pueden sustentar más vida que determinadas bacterias que consumen sulfuro en lugar de oxígeno. En tales casos, todo cuerpo que cae en las aguas anóxicas del fondo se puede encurtir y proteger de los carroñeros. Los esqueletos se conservan completos y con sus articulaciones, es decir, con los huesos conectados entre sí. Los animales más pequeños, como los peces que caen en estos lodos anóxicos, suelen preservarse casi a la perfección, con la piel y los órganos internos representados como si fueran sombras sobre la arcilla fina en la que el lodo termina por convertirse. Lamentablemente, esto ocurre pocas veces con los dinosaurios.
Cuando el cuerpo de un dinosaurio ha sobrevivido a los carroñeros, la descomposición y el transporte por viento o por agua, es probable que estos procesos impidan que el 99,99 por ciento de los dinosaurios sea siguiera candidato a la preservación, comienzan los procesos de enterramiento y fosilización. Si el esqueleto acaba en una zona de depósito de sedimentos, como el lecho de un río, la desembocadura de un delta, un banco de arena o un campo de dunas, es posible que se entierre enseguida, debajo de la arena o del barro. En determinadas condiciones, es probable que los sedimentos se depositen con la suficiente rapidez como para enterrar el esqueleto a varios metros de profundidad al cabo de pocos años.
A medida que se acumulan los sedimentos en la parte superior, su peso produce fuertes presiones bajo tierra, que provocan la salida del agua contenida en los espacios porosos y la cementación de los granos disueltos de arena o de barro. Los granos separados se pueden volver a cristalizar bajo presión, o también es posible que el agua con abundantes minerales en disolución deposite estos minerales, desprovistos de la solución, como su fuera un cemento. En ambos casos, los sedimentos sueltos se convierten en rocas sedimentarias, como las rocas arcillosas, las areniscas o las calizas. La presión del agua rica en minerales también afecta los huesos y los dientes sepultados, y los espacios porosos que hay en su interior tienden a llenarse de minerales como la calcita, o carbonato cálcico, o el óxido de hierro. Así es el proceso de petrificación, transformación en piedra, y ésta es la razón por la que los huesos fósiles son mucho más pesados que los otros.
Han debido perderse numerosos esqueletos de dinosaurios durante los procesos de enterramiento y fosilización, Si las aguas de los poros eran ligeramente ácidas, como en las regiones donde hay turba se podría haber disuelto la apatita de los huesos y los dientes. En otros casos ocurren perturbaciones terrestres importantes en las proximidades, es posible que las rocas se compriman o se calienten lo suficiente como para distorsionar o destruir los fósiles. Las alteraciones de la corteza terrestre, como los terremotos y las erupciones volcánicas, deben de haber destruido una cantidad innumerable de fósiles.
los Fósiles de Dinosaurios Evidencia del Gran Diluvio
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Un evento tan grande como el Diluvio de Noé ciertamente dejaría evidencia hasta la actualidad. Por ejemplo, uno esperaría encontrar billones de criaturas enterradas en el lodo y en la arena por las aguas (Ahora convertidos en roca). Es exactamente lo que encuentran los científicos alrededor del mundo.
Miles de huesos de dinosaurios pueden encontrarse donde fueron arrastrados por las violentas aguas del diluvio y enterradas bajo el lodo, la arena y las rocas. Muchos de los animales fueron desgarrados y sus huesos quebrantados y desorganizados. El lodo y la arena se endurecieron para formar las grandes capas de rocas fósiles que encontramos en la actualidad..
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En el enterramiento rápido producido por el diluvio sería la única manera de explicar la razón por la que tantos dinosaurios y otras cosas se fosilizaron de la manera que la han encontrado los científicos. Los animales y las plantas sólo se fosilizan al ser enterradas con rapidez y profundidad- antes de ser destruidas por los depredadores, la descomposición y el clima.
7 comentarios
fanny lu -
alejanddra -
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ivan k-po de todo$ -
Anónimo -
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lalaila gonzales -